Roger Schank es famoso por ser un
severo crítico del sistema educativo actual, además de ser un conocido
investigador centrado en el estudio de las ciencias cognitivas y pionero en el estudio y desarrollo de Inteligencia Artificial y la construcción de
entornos virtuales de enseñanza.

Schank aboga por una educación
pragmática basada en la experiencia directa antes que la teoría: “aprender
haciendo” y es que en su opinión “lo que
enseñamos esta mal y cómo lo enseñamos también”, lo cual ataca frontalmente
a los actuales sistemas educativos poniendo en duda la vigencia y utilidad de la metodología usada en las aulas,
incluso la existencia de las mismas. “Esto tiene unos orígenes muy interesantes, y
es obvio por qué las escuelas son así. En 1600 un monje tenía un libro y lo
leía porque tú no podías leer: esto era una buena idea en 1500. Lo que pasa es
que no hemos cambiado el sistema desde entonces, y hoy sigue entrando un señor
que da una clase, y como nadie recuerda lo que se dijo en clase, hay que hacer
un examen. Así se estudia y se coloca todo en la cabeza. Yo les pregunto a mis
estudiantes ¿cuántos podrían pasar el examen del año pasado ahora mismo? Ellos
me preguntan: ¿podemos estudiar? Y les digo que no. Que se supone que tenían
que haberlo aprendido. La respuesta es que no...”
La idea no es del todo
innovadora, ya que a lo largo de la historia encontramos numerosos ejemplos de
grandes pensadores, filósofos y pedagogos que han formulado propuestas
pedagógicas en oposición a la escuela tradicional y antigua. John Dewey, es uno
de ellos. Precursor de la pedagogía “centrada en el niño” y crítico con el
enfoque clásico del conocimiento considera que conocer es “experiencia”.
Pero a pesar de conocer desde
siglos pasados que la única forma de aprender pasa por experimentar, los
sistemas educativos no cambian, lo cual fija la atención en los responsables de
los mismos, es decir, los gobiernos. Schank hace referencia entonces a la ya
conocida idea de los sistemas educativos como forma de adoctrinamiento del
pueblo “Los políticos nunca se han
preocupado de educar realmente a los niños, ni nunca lo harán. Todos hablan de
educación porque así consiguen votos, pero un electorado verdaderamente
preparado haría preguntas difíciles a los políticos, y les complicaría la vida.
Los votantes tontos son más fáciles de tratar. Más aún, los adultos tontos
hacen los trabajos serviles, y los gobiernos siempre están preocupados por no
tener suficientes trabajadores serviles, como los soldados, para cumplir sus
órdenes. Los gobiernos represivos enseñan la verdad que quieren que conozcan
los ciudadanos. Los gobiernos controlados por grandes empresas enseñan a los
estudiantes a convertirse en empleados dóciles. No muchos gobiernos quieren
realmente enseñar a los estudiantes a pensar por sí mismos.”
La educación es una poderosa
herramienta de adoctrinamiento en manos de políticos rodeados de intereses mercantiles,
limitaciones personales y con ansias de reproducción del sistema que los
alimenta, eso es obvio, pero no es la
única, también tienen un gran poder “educador”
los medios de comunicación de masas y la publicidad que diariamente se introducen
en nuestros cerebros explicándonos qué es lo que necesitamos y cómo conseguir
éxito en la vida.
Eso debería cambiar, es una
realidad, pero no estoy del todo de acuerdo con la propuesta de Schank, firme defensor del “cierre de todas
las escuelas”. Esto es una critica considerable en países desarrollados como EEUU
o Europa, donde los diferentes sistemas educativos han posibilitado una mayor
equidad en el acceso a la educación para la gran mayoría de la población, sin
embargo en países donde las diferencias
sociales, son aun más acusadas por ejemplo América Latina, considero
imprescindible la labor de los gobiernos en el desarrollo y promoción de sus
sistemas educativos, posibilitando el acceso para todos y todas a la escuela. Si
los gobiernos no son responsables de proporcionar los medios necesarios para
garantizar una educación para todos nos encontraríamos con un problema para
acceder a la misma, problema obviamente económico.

Como alternativa al cierre de las
escuelas propone el e-learning como solución al problema de los planes de
estudio de talla única, ya que puede proporcionar conocimiento al alumno
mientras aprende a su ritmo, en función de sus intereses y promoviendo vivir una vida mejor.
“El ordenador en realidad no está ayudando. Podría hacerlo pero no lo
hace. ¿Cómo podría ayudar? Si proporcionara experiencias permitiría que los
estudiantes pudieran hacer cosas en el ordenador. Pero el sistema educativo
está inherentemente en contra de esto, y ahora te daré un ejemplo. Yo hice un
programa para enseñar geografía donde los alumnos podían ver videos de lo que
les interesaba, si eran deportes podían viajar por el país para ver partidos,
si les gustaban las películas, podían ir a Filadelfia a ver a Rocky..., hicimos
pruebas y vimos que los chicos aprendían geografía. Pero las escuelas no lo
querían Y ¿sabes por qué? Porque un niño iba a California mientras el otro iba
a Nueva York, y no podían controlar qué era lo que estaban aprendiendo. ”
Lo que plantea suena muy interesante
y rompedor, no por lo novedoso de sus aportaciones sino por la rotundidad y la
claridad con la que se expresa, inusual en un mundo de dobles morales e
intereses cruzados. El qué aprendemos y cómo lo aprendemos es más que
cuestionable pero si el futuro está delante de una pantalla, ¿Cómo afectará
esto en las relaciones humanas?